Dice Roland Barthes en sus ¨Fragmentos de un discurso amoroso¨ que la escritura no compensa nada, no sublima nada,
que es precisamente ¨ahí dónde no estás¨:
tal es el comienzo de la escritura. Y me planteo si la fotografía no funciona de manera análoga.
Como si las fotografías del pasado pero también del presente no fueran como huellas de una camino ya recorrido, ya ´desvelado´y donde ´ya no estamos´. Aquí en este lugar también empieza la fotografía, el recuerdo de quienes fuimos y ya no somos.
Las fotografías de un presente en Madrid y de un pasado en Corea no son sino el testimonio de identidades sucesivas alejadas de las
fronteras exteriores y
situadas en un mapa interior lleno de desfiladeros, jardines, deseos, desengaños y fantasmas.